miércoles, 27 de junio de 2012

CARBON NUESTRO DE CADA DIA

http://www.lne.es/opinion/2012/06/27/carbon-dia/1262257.html

Carbón nuestro de cada día

La fuerza de la razón en defensa de la minería asturiana

05:20
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Carbón nuestro de cada día
Carbón nuestro de cada día
FERNANDO DE LA HOZ ELICES

Si tiene que existir algún sector estratégico en un país independiente, éste debe ser el sector eléctrico. Todos los ciudadanos, de una u otra forma dependen de él. No dudo que puede haber otros sectores en un momento de crisis como el que tenemos encima que tengan también que ser mimados, puesto que también pueden aportar parte del bienestar a sus ciudadanos, pero no podría imaginar en la era actual un mundo sin energía eléctrica.
En esta situación de crisis asentada como para no abandonarnos, cobijada en un mundo inquieto donde los humanos se agrupan por países en función de su grado de poder o privilegio, podremos llegar a ver, si no se pone remedio, una situación no deseada que puede llevar a un aislamiento de países como consecuencia de su desequilibrio en la balanza comercial. Nada es imposible en este momento, pues los intereses de cada individuo o colectivo son partidistas y el grado de insolidaridad cada día es más palpable.
Un cuadro macroeconómico facilitado por Sedigas a diciembre 2010, que nos muestra la cuota del consumo de energía eléctrica en nuestra nación, nos presenta que en 2010 el consumo de energía procedente del carbón es de un 6,4 % del total del consumo eléctrico. Matizando más, observamos que la producción nacional de esta energía sitúa el carbón extraído en nuestro territorio en un 9,4% de toda la que se produce en nuestro país.
En paralelo, los mismos cuadros nos indican que en España el consumo del petróleo supone un 47,4%, y el gas natural, un 26,3% del total consumido. La procedencia del mercado nacional de estas fuentes de energía aporta la insignificante cifra de 0,4% en el petróleo y de 0,1% en el gas natural.
Claramente estos indicadores nos advierten del desequilibrio existente entre las distintas energías que se consumen en España, situándola en una posición de dependencia casi exclusiva del petróleo y gas natural procedente de países ajenos al nuestro.
No dudo que pueden existir primas y subvenciones que apoyan la explotación de ciertas energías (aunque muy poca incidencia tengan en el «déficit tarifario» al que aluden algunos detractores). Un análisis tan simple como la valoración del coste actual de la extracción del carbón, o el sobreprecio actual al implantar la tecnología de energías renovables, es simplemente de miopes, y yo creo que un país que ha sufrido tantas inclemencias en su larga historia, no debe exponerse a las consecuencias que a su futuro puede acarrearle la dependencia exterior de un soporte estratégico, que puede incluso poner en peligro su supervivencia.
Nadie tiene en cuenta la fuerza que en el precio de la energía puede tener la dependencia exterior en momentos determinados, bien por la propia presión de los mercados, o bien por la falta de abastecimiento por otros motivos que pudiera ser traumática. ¿Un país con libertad puede permitirse acaso el lujo de que el principal soporte estratégico dependa de terceros? ¿Cuál sería el precio en un momento determinado por la escasez de abastecimiento o abuso de los proveedores que puede suponer esta dependencia? ¿Cómo es posible que un país que tiene tan solo un 6,4% de la producción primaria procedente del carbón dentro del total del consumo se pueda permitir el lujo de no apoyar su subsistencia?
Entendamos, por lo tanto, a nuestros mineros que defienden su estatus, entendamos también a sus familiares, pues los ingresos de aquellos son elementales para su subsistencia diaria, entendamos también a quienes apoyan por diversos motivos, incluido el patriótico, la continuación de esta actividad, aunque otros apuesten por su aniquilación, basados, ¡quién sabe!, en propiciar la dependencia total del exterior, agravando así la vapuleada economía en la que se halla inmersa y, por lo tanto, apostando por que el conflicto social rompa por lo más débil de la cuerda.
Sí, el carbón es caro, pero más caro nos saldrá no explotarlo cuando nos aíslen totalmente y nos obliguen a utilizar la energía que nos impongan los países dependientes para poder subsistir, a un precio no negociado, establecido por las normas de un mercado sin alma dirigido por unas fuerzas centrífugas que no tienen más que una dirección en su mente.
Apoyemos un mix energético equilibrado que no nos obligue (como en la actualidad) a usar energías dependientes de terceros, como es el caso del petróleo y el gas natural. El precio que hoy puede parecer caro del carbón y de otras energías renovables, ¿quién sabe si en otras circunstancias puede resultar barato? Y, sobre todo, ¿Quién sabe si en algún momento puede ser la salvación y subsistencia de vida en esta nación?
Utilicemos, pues, la fuerza de la razón, ya que tenemos muchas razones para la defensa de la continuidad de la minería asturiana y con ello todo lo que a su alrededor se establece, sin necesidad de usar la fuerza de la violencia, que lo único que puede traer es una vergonzante sinrazón. Asturias debe apoyar en todos los foros su riqueza, como presente, como futuro y con esperanza de solución. La realidad es así de terca y paradójica, manifestándose insensata e inconcebible. De la dificultad nace el éxito, de la oscuridad la luz, y de la insistencia la continuidad.