miércoles, 19 de enero de 2011

LO QUE HAY QUE PEDIRLE A CASCOS

http://www.lne.es/opinion/2011/01/19/hay-pedirle-cascos/1021557.html
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Lo que hay que pedirle a Cascos

Propuestas para conseguir una región de la que sentirse orgullosos

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Lo que hay que pedirle a Cascos
Lo que hay que pedirle a Cascos  
FERNANDO DE LA HOZ ELICES Las cosas son como son y no como queremos que sean. Francisco Álvarez-Cascos es como es y no hay que darle más vueltas. Tiene amigos, tiene enemigos, tiene fieles, tiene infieles, es amado, es odiado, es real y no es una ficción.

Ha resurgido en el actual momento político como una aparición, que para unos es una atrocidad y para otros, una posible solución; para unos, una esperanza, y para otros, una desesperación. Las tertulias se nutren de pronósticos y adivinanzas, incluso se llegan a hacer apuestas. A unos les parece bien lo que ha hecho y a otros, muy mal, pero una apreciación general hace coincidir a los tertulianos: tiene una gran cabeza, es un gran organizador y de tonto no tiene un pelo.

Yo no conozco su plan de acción, ni siquiera apuesto por la solución que dará a tan ruidoso regreso, pero lo que sí tengo seguro es que «si quiere, puede», y me da la impresión de que ahora quiere.

Es conocedor de la necesidad de regeneración que tiene la clase política en general, y cuando digo clase política, incluyo a todos los colores, aunque soy consciente de que, en los individuos que la forman, existen excepciones por su honestidad y buen hacer que merecen todos los respetos, pero no es la norma que impera. A diario en los medios de comunicación, a pesar de que no siempre se publican todas las irregularidades, vemos cómo se ha degenerado esta ocupación política, que no profesión.

Cascos, en este ámbito, tiene un punto fuerte y es que nadie ha podido sacarle nunca un ápice de indigencia corruptiva, pues de haber habido lo más mínimo, ¡la que le hubiesen formado con las ganas que unos y otros dedicados a los menesteres políticos tienen de encontrar basura casquista!

Ahora, en su resurgir político, está pensando en Asturias, estoy seguro de que llevado por la influencia que dos antepasados astures tienen en su forma de hacer: don Pelayo y Jovellanos.

Don Pelayo le aporta la raíz de una reconquista de España; Jovellanos le aporta la dignidad de gobernante, cuya honestidad le llevó a renunciar a su asignación de 4.000 ducados de dietas anuales, cuando fue nombrado para representar a Asturias en la Junta General, dada la estrechez de las circunstancias por la que estaba pasando su país.

Cuando digo que Cascos tiene una gran oportunidad en este momento actual, lo digo bajo una premisa que, aunque ilusoria y casi utópica, expongo:

Un nuevo partido, agrupación o cualquier otra forma de representación a la que se acoja para presentarse a las elecciones le permite iniciar su nueva andadura sin ataduras, con una gran ventaja sobre cualquier otro grupo existente, cuyas propias estructuras y vinculaciones históricas le tienen encorsetado.

Es conocedor Cascos de lo que en este momento asquea a los votantes en general, quienes ven en la clase política malos ejemplos, abusos y falta de estímulo para resolver los asuntos que de verdad interesan a los ciudadanos.

Pues bien, señor Cascos, como a nuevos hechos, nuevos consejos, me voy a permitir evocar a Ralph Waldo Emerson, cuando dio un consejo a un joven que emprendía una tarea nueva: «Haz siempre lo que temas hacer». Imaginemos que en su programa electoral incluye:

- Dignificación de la ocupación política acompañándose en su nuevo equipo de personas con perfil económico no necesitado y «sin mono» de pasado influyente.

- Remuneración de los cargos públicos no funcionarios dentro de los parámetros que la situación actual pueda permitirse sin resquebrajar la moral y la ética.

- Eliminación de la mayoría de los coches oficiales en el Principado, consejerías, secretarías, subsecretarías, corporaciones locales, empresas públicas?

- Eliminación de los cargos vitalicios de los políticos regionales y adaptación de sus pensiones a la antigüedad y percepciones que se exigen al resto de los trabajadores para su jubilación.

- Revisión de los salarios de todos los políticos de la región, con puestos en los órganos dependientes del Principado, corporaciones locales y empresas públicas, adaptándolos a la situación del resto de los mortales (ciudadanos votantes).

- Reducción de consejerías y altos cargos al estado en que quedarían en el supuesto de que se convirtiera la gestión pública en privada.

- Destinar los esfuerzos de los gestores de su nuevo gobierno al mantenimiento y creación de empleo, aceptando como prioritario este problema en la sociedad asturiana, especialmente en lo que respecta a la juventud.

- Hacer una región productiva y no amparada en las subvenciones, aunque para ello haya que apoyarla en la aplicación de su técnica, esfuerzo, expansión, productividad e incentivar programas de apoyo a los beneficios empresariales y de empleo.

- Constituir un equipo de gobierno transparente, capaz de transmitir a la ciudadanía la situación real de la economía regional, y así poner los remedios a los males que persisten, no distorsionándolos mediante engaños y mentiras.

- Dignificar y restablecer como concepto vital de la economía asturiana al empresariado, tanto individual (autónomo) como constituyente de empresa, reconociendo su esfuerzo y dándole el valor que representa dentro de la cadena de producción de riqueza de la región.

- Establecer el orgullo de las cosas bien hechas por y para todos los ciudadanos que vivimos en Asturias, estimulando la gestión integral de la calidad en todos los ámbitos.

- Crear un estado de convivencia donde todos los ciudadanos tengamos cabida.

En definitiva, señor Cascos, si da el paso debe presentar un programa electoral en el que aúne todas las ilusiones comunes de los asturianos y que sea capaz de producir un efecto diferenciador con el resto de las agrupaciones y partidos políticos que en la actualidad ya sabemos dónde nos están llevando. Los votantes de todas las ideologías, tan hartos de ver cómo se deteriora nuestra convivencia y estado de bienestar, lo estamos solicitando.

Usted puede, señor Cascos, pues talento, temperamento y capacidad de organización tiene. También tiene ganas, supongo, y puede crear un estilo de gestionar esta región sin impedimentos ni vicios adquiridos, porque todo será nuevo a partir de su gobierno, incluso la vieja región de Asturias, donde, si se consigue, se podrá iniciar la reconquista hacia las elecciones generales.

No pierda la oportunidad, señor Cascos, inicie con la honestidad de Jovellanos la Reconquista de don Pelayo. El apoyo de los ciudadanos de bien lo tendrá si juega a hacerlo con la voluntad de regenerar la región.

Por el contrario, si su actuación es consecuencia de una revancha partidista o lo que persigue es simplemente tratar de gobernar al margen de lo que piensan los ciudadanos, es mejor que abandone antes de iniciar, pues los asturianos no le sabrán perdonar que habiendo tenido la oportunidad de solucionar los males de la región no haya sido capaz de hacerlo.