Confeccionar una lista
Argumentos que han de mover una candidatura electoral
Aunque pueden parecer utópicas algunas de las características que expongo, estoy seguro de que, de tenerse en cuenta, pueden corregir la actual situación de hastío y rechazo que los ciudadanos mantienen de sus gobernantes actuales, devolviendo la confianza e ilusión a los votantes para superar esta difícil situación que la sociedad padece en su integridad, motivada por la falta de ética y moral en sus últimas legislaturas.
Así, todo candidato, debiera:
Concebir su dedicación a la política como una vocación de servicio, con conciencia de su papel en la sociedad. Trabajar por el bien común de su ámbito territorial y no sólo por su propio interés ni el de su partido político. Mantener coherencia entre sus principios y su vida; entre sus discursos y sus acciones.
Como persona, reflejar credibilidad, no teniendo como fin el lucro y el enriquecimiento personal. Valorar a las personas y respetarlas con independencia de la posición ideológica, status social y económico que tengan. Comprometerse con un cambio social y económico en tiempos de crisis, no cediendo sólo a la urgencia de lo inmediato y sabiendo que, en las prioridades de sus elecciones, tiene un puesto relevante la profundidad de su ética y moral.
Unir eficacia y renovación, acción y reflexión, lo que ya tiene aprendido y la formación permanente. Combinar los objetivos a corto, medio y largo plazo, con innovación emprendedora. Saber escuchar y delegar, asumir decisiones y rodearse de buenos colaboradores implicándoles en el bien común, creando un clima humano a su alrededor. Mantener la honestidad no cediendo ante las tentaciones de corrupción económica.
No tener miedo a «la verdad». Apreciar y tener presente siempre las obras sociales, destinando mayor esfuerzo a los más desprotegidos. No relegar a la familia al olvido o a un segundo plano, sabiendo compaginar su tarea con sus obligaciones familiares. Saber cultivarse personalmente en todas las dimensiones de la persona.
Y por último, cuidar y respetar el medio ambiente. Establecer una prioridad en sus actuaciones y exigencias, destinando un lugar preferente a la creación de empleo. Y asumir que su tarea es «de paso», sin aferrarse a la continuidad de su mandato.