viernes, 9 de diciembre de 2011

Se busca trabajo, no puesto de trabajo

http://www.lne.es/opinion/2011/12/09/busca-trabajo-puesto-trabajo/1168378.html

Se busca trabajo, no puesto de trabajo

La reorganización del mercado laboral que se avecina

 03:23  
Se busca trabajo, no puesto de trabajo
Se busca trabajo, no puesto de trabajo  
FERNANDO DE LA HOZ ELICES Algo muy importante se está moviendo en el mundo laboral. El empleador y el empleado quizá sean términos que quedarán en el olvido en la tercera revolución industrial, para dar paso a una relación contractual empresa-profesional por unos servicios y contraprestaciones acordados.

Tendremos que acostumbrarnos a defender el trabajo en lo sucesivo, no el puesto de trabajo. Éste fue implantado en el proceso de organización que establecía las distintas tareas en el sistema productivo, al que hizo referencia Frederick Winslow Taylor, pero ¿tiene sentido en la actualidad?

Los puestos de trabajo se agrupaban según la función que desempeñaban en las organizaciones: ventas, administración, sistemas, directivos, técnicos, etcétera. A su vez, todas estas formas de agrupar los puestos de trabajo permitían realizar tareas relativamente complejas, como, por ejemplo, definir competencias o requisitos técnicos o de experiencia para cada grupo de puestos de trabajo.

Todo ello permitía llevar a cabo valoraciones de puestos de trabajo, asignando a cada uno una banda salarial en función de lo que se estimaba su valor en el mercado laboral, incluso se determinaban sus remuneraciones en convenios colectivos, pudiendo además identificarlos con perfiles, es decir, definiendo el contenido teórico ideal de un puesto de trabajo determinado. Servían además estas agrupaciones para gestionar el rendimiento, identificar necesidades formativas y motivar a los profesionales, bajo la premisa de que el puesto de trabajo era estable y potencialmente permanente.

En las empresas y las organizaciones se describían los puestos de trabajo asignándoles unas tareas más o menos detalladas que intentaban reflejar el quehacer diario de la persona que lo realizaba, formando parte incluso del reglamento de régimen interno de la empresa. Hoy en día, si queremos identificar el estado evolutivo de una empresa en materia de gestión de personas, no tenemos más que echar un vistazo a su estructura y observar que cuanto más detalladas sean las descripciones de los puestos de trabajo más atrasada está la organización si queremos valorarla en la evolución del conocimiento.

Ahora, en la situación actual, es absurdo seguir hablando de puestos de trabajo, porque la naturaleza del trabajo ha cambiado. Lo que tiene sentido es hablar de proyectos desde una perspectiva cotidiana y especialmente adaptando el quehacer a la necesidad de cada momento de la organización, en la que la movilidad funcional no tenga más cortapisas que la del conocimiento y no la voluntariedad. También hay que advertir dentro de la evolución del trabajo la desaparición de la exclusividad, al menos como requisito habitual. Ahora el empleado debe comprometerse en exclusiva con el empleador, es decir, tiene un único proveedor de trabajo. En lo sucesivo, un proyecto y no un puesto de trabajo, desarrollará una tarea de una empresa o de varias, gestionará cuentas de varias empresas y, en general, serán profesionales prestando servicios a profesionales o a organizaciones.

El mercado laboral futuro traerá una relación profesional-empresa que abandonará el dominio empresarial para dar paso al diálogo entre marcas-empresas-personas en busca de resultados. Se trata de una oportunidad para resolver los problemas causados por la excesiva especialización, la atomización y la falta de sentido de los puestos de trabajo de hoy, mediante la recuperación de la autonomía y de la responsabilidad.

Ya no tendrá sentido hablar de perfiles adaptados al trabajo a realizar, porque éstos pasarán a ser algo mucho más complejo, rico, variado y dinámico. Las personas tendrán que aprender durante toda la vida y, en consecuencia, su perfil estará en constante evolución.

Cambiará el mercado de trabajo, evolucionará la remuneración de los profesionales y se transformarán las empresas. Lo que importa ahora es entender que el puesto de trabajo como tal, definido y limitado a tareas específicas dentro de una empresa, desaparecerá y cuanto antes nos adaptemos, mejor. Sólo queda esperar que lo entiendan todos los actores sociales y empresariales, cuanto antes, y se refleje en las nuevas relaciones laborales.