Viéndolas venir
La globalización hace que el concepto de economía nacional pierda sentido
¿Qué nos queda entonces como elemento diferenciador entre países para que el desarrollo alcance sus índices necesarios de competitividad? Sin lugar a dudas, el trabajador nacional, es decir, la mano de obra de un país. El verdadero valor que hay que desarrollar en esta situación, debe tratar de conseguir incrementar el valor potencial que sus ciudadanos puedan agregar a la economía global promoviendo sus capacidades y habilidades, compatibilizando a la vez estas cualidades con las necesidades y exigencia del mercado mundial.
Con ello, no nos queda otro remedio que modificar los criterios de protección, subvención o privilegio a las compañías nacionales con respecto a las demás, puesto que tanto las compañías como los inversores recorren el mundo en busca de sus oportunidades de negocio y desvinculándose cada día más de sus países de origen.
Los ciudadanos de la nación en esta nueva era estarán vinculados por algo más que por el producto nacional bruto o el IPC, es decir, deberán compartir la responsabilidad para conseguir un bienestar común. Es ahí precisamente donde las empresas de alto valor desarrollarán sus habilidades para progresar interrelacionándolas: A) Por un lado, potenciarán las habilidades para resolver los problemas que plantea la producción de bienes exclusivos en el área que desarrolle su actividad. B) Por otro lado, desarrollarán las habilidades para ayudar a los consumidores a entender sus propias necesidades y cómo las mismas pueden ser satisfechas con sus productos especialmente adaptados a las mismas; y C) Desarrollar las habilidades necesarias para vincular la tarea de los responsables de identificar las oportunidades del mercado con los responsables de resolver sus problemas. Es este nuevo papel el que desarrollarán los analistas de ideas jugando el papel de negociadores estratégicos.
El gran interrogante que queda al futuro de la sociedad actual será si los gobernantes de la nación se sensibilizarán lo suficiente como para conseguir un sacrificio real de todos sus ciudadanos para participar en la nueva economía mundial sin fronteras económicas, considerándolo como un objetivo nacional de razón de estado al igual que si fuera una cuestión de seguridad.http://www.lne.es/gijon/2011/10/08/viendolas-venir/1139603.html