Políticamente correcto
El uso frecuente de frases rimbombantes en política
Es curioso cómo en política se buscan frases rimbombantes para quedar bien ante un auditorio específico sin menoscabo de quedar mal con su propia conciencia, pues la falta de verdad les tiene que producir un ácido capaz de generar un insomnio tal que, aunque se acostumbren a no dormir, se les pasa su acidez al estado de su rostro, y así vemos cómo el deterioro de sus gestos, aun forzados y retocados por sus asesores, muestra la insatisfacción y malestar que les produce su falta de ética en su interior.
No es el paso del tiempo el que deteriora el rostro de nuestros gobernantes políticamente correctos, es su propia bilis la que les produce sus malos gestos. Los rasgos en el rostro que salen con la vejez, como la arruga de Adolfo Domínguez, es bella si está limpia.
Ahora en elecciones, algunos de nuestros políticos nos presentan sus programas como favores que nos hacen a la ciudadanía a cambio de darles el voto ¡Mal asunto! Si nos acostumbramos a recibir favores, podemos dejar de ser eficientes. Recuerdo a un gran empresario y gestor de una empresa privada muy importante que, ante la pregunta que le hice del porqué de su éxito, me contestó: «Porque nunca he hecho favores a nadie, he puesto mis valores al servicio de todo el que los ha querido».
La ciudadanía no es tonta, y empieza a reconocer que ya no valen la mentira y el engaño. Quiere la verdad, quiere el buen hacer, quiere la honestidad, quiere la ética, quiere una convivencia digna, quiere, en definitiva, que sus gobernantes le devuelvan la ilusión de «volver a empezar», «volver a trabajar», «volver a progresar», «volver a tener una región líder», «volver, en definitiva, a disfrutar de su región y de su ciudad».